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מארי

JESÚS EXPLICA LA PARÁBOLA DEL TRIGO i LA CIZAÑA

Los cristianos en casa de Felipe. Jesús interpreta la parábola del trigo y la cizaña. Explica el descubrimiento del reino por parábolas: la buena semilla; el árbol que crece; la levadura; el tesoro escondido. Se va a la montaña a orar.

Los cristianos fueron a casa de Felipe, y Pedro dijo: Señor ¿querrías explicarme el significado de las parábolas que has hablado hoy, especialmente aquella del trigo y la cizaña.

Y Jesús dijo: El reino de Dios es una dualidad: tiene una forma externa y una forma interna.

Como los hombres lo ven, es compuesto de hombres, de aquellos que confiesan su fe en el Cristo. Por varias razones, personas vanas se apiñan en este plano exterior del reino de nuestro Dios.

El reino interno es el reino del alma, el reino del que ha llegado a purificar el corazón.

El reino exterior puedo explicarlo en parábolas. Os vi arrojar una gran red al mar.

Y cuando la recogisteis estaba llena de toda clase de peces, algunos buenos, algunos malos; algunos grandes, algunos pequeños y yo os he visto guardar los buenos y arrojar los malos. Este reino exterior es la red en la que cae toda clase de hombres; pero en el día de la selección todo lo malo será dejado de lado, guardándose sólo lo bueno.

Ahora Oídme el siguiente significado de la parábola del trigo y la cizaña: El sembrador es hijo de hombre; el terreno es el mundo; la buena semilla son los hijos de la luz; la cizaña son los hijos de la obscuridad; el enemigo es el ego carnal; el día de la cosecha es el final de la edad; los cosechadores son los mensajeros de Dios.

El día de ajuste de cuentas le viene a todo hombre. Entonces se recoge la cizaña, se arroja al fuego y se la quema. Entonces el bien brilla como soles en el reino del alma.

Y Felipe dijo: ¿Tienen que sufrir hombres y mujeres en las llamas por el hecho de que no han encontrado el camino de la vida?

Y Jesús dijo: El fuego es simplemente purificación. El químico arroja al fuego los metales que contienen toda clase de impurezas. Los metales sin valor parece que se consumen. Pero ni un solo gramo de oro se pierde. Y no hay hombre alguno en el que no haya oro que no pueda ser destruido. El lado inferior del hombre se consume en el fuego; pero su lado de oro sobrevive siempre.

El Reino interno del alma puede explicarse con parábolas.

El hijo del hombre va y esparce la semilla de la verdad, Dios riega bien el terreno; la semilla muestra vida y crece; primero viene la yema y luego el tallo; entonces la espiga y por último el trigo lleno en la espiga.

La cosecha viene, y los cosechadores traen las espigas recogidas a los graneros del Señor. En otra manera de decir, el reino del alma es como una semilla que los hombres pueden plantar en terreno fértil.  (Mil de estas semillitas escasamente llenarían una medida).

La semilla diminuta comienza a crecer: se empuja a través de la tierra, y después de años de crecimiento se produce un árbol gigantesco, y las aves se posan en sus ramas frondosas y los hombres encuentran protección con su sombra contra los rayos del sol y contra la tormenta.

Por otra parte la verdad, el espíritu del reino del alma, es como la levadura que una mujer encierra en depósitos tres de harina y en un poco tiempo todo ha fermentado.

Por otra parte, el reino del alma es como un tesoro escondido en un terreno que alguien lo encuentra, y al hallarlo, parte inmediatamente a vender cuanto tiene para comprar ese terreno. Cuando Jesús hubo dicho así, partió solo a la garganta de una montaña cercana a orar.

                                          
                                                     Levi. Dowling

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