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מארי

ES TAN MALO SER VERDUGO COMO VÍCTIMA, AMBOS SE HALLAN EN LOS EXTREMOS DE LA FUERZA. EL VERDUGO DEBERÁ PAGAR CON DOLOR EN LOS PRÓXIMOS CICLOS AQUEL DOLOR QUE INFRINGIÓ A OTROS, HASTA QUE COMPRENDA SU ERROR. CADA UNO ES RESPONSABLE DEL DESEQUILIBRIO O DESARMONÍA QUE PRODUZCA EN LA EXISTENCIA

El universo es energía magnética pura: orden, equilibrio y armonía. Todo lo que lo conforma debe estar en orden, equilibrio y armonía. Todo nace de una sola cosa. Luz y oscuridad son los dos extremos de una misma cosa. La luz cuanto más alta su vibración, es más sutil, más diáfana, más dinámica. La oscuridad cuanto más bajo es su nivel de onda vibratoria es más lenta, densa y opaca. Lo malo es la desarmonía de la Única Cosa.

Lo positivo y negativo, lo masculino y femenino, el Sol y la Luna. La existencia es por sus dos extremos, la unión de ambos en armonía, o el punto medio es la manifestación. La manifestación es la perfección, porque es la vida. La vida es lo que da dinamismo al Uno para manifestarse. Toda fuerza que se ejerce hacia un lado, tiene su contrapartida opuesta con la misma intensidad. Pero el rebote es mucho más fuerte que la fuerza inicial cuando es inarmónica. La armonía es la justicia. La justicia es ciega porque no juzga, simplemente equilibra las fuerzas. Los brazos de la balanza deben estar totalmente horizontales, sin inclinarse hacia ninguno de los lados, pues todo efecto tiene una causa. Nada es arbitrario ni casual en la existencia. Todo es causal.

Es tan malo ser verdugo como víctima, ambos se hallan en los extremos de la fuerza. El verdugo deberá pagar con dolor en los próximos ciclos aquel dolor que infringió a otros, hasta que comprenda su error. La víctima deberá aprender en sus próximos ciclos a no dejarse aplastar, porque permitirlo es no amarse. Quien no se ama a sí mismo, no puede amar a los demás, ni inspirar amor a otros. Amarse no implica ego, sino conocimiento de la verdad. Amarse es comprender que se es, una manifestación de las infinitas de la Unidad.  Amarse es un acto de amor a la totalidad.

Nadie puede esconderse de la ley del equilibrio y la armonía. Esta ley siempre se cumple. No existe unidad alguna en la existencia que pueda sustraerse a esta ley. No existe juicio ni castigo. No existe juez ajeno a ti mismo. Al abandonar las cadenas materiales, el alma toma conciencia de sus fallos y aciertos. El alma planifica su retorno a la densidad del mundo para continuar su aprendizaje. El olvido es necesario al retornar al mundo denso, para probarse a sí mismo que la luz interior supera al mundo de la forma.

El olvido es necesario para probar el valor y vencer el miedo. Ser consciente de tu eternidad, volvería tu vida absurda, sin sueños y el tedio haría que se diluyese la frontera de luz y oscuridad. El olvido da dinamismo a tu existencia infinita y eterna. Cada uno es responsable del desequilibrio o desarmonía que produzca en la existencia. No hay excusas, no busques culpables fuera de ti. Cada uno deberá equilibrar la balanza cósmica responsablemente.


                                              La Escribana
                                      El Legado de Hermes Trimegistos

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