El destino es el encuentro.

¿Y si todos dejáramos de buscar a Dios?
El mundo se oscurecería, pues careceríamos de medios para comprender la luz.
Pero los que saben que deben buscar ya han encontrado a Dios.
En el encuentro se produce un trastorno, la certeza de que todo cuanto creíamos ajeno al amor de Dios es una fantasía.
En el encuentro se produce un trastorno, la certeza de que todo cuanto creíamos ajeno al amor de Dios es una fantasía.
Y, por fin, hay asombro.
Asombro de que el mundo creado por la Divina Voluntad es más perfecto y hermoso de lo que habíamos imaginado.
Salomón
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