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מארי

JESÚS DE NAZARETH. YO SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA

Lego estas palabras a los hijos del futuro, para que cuando llegue el momento puedan encontrarlas y saber la verdad sobre aquellos que iniciaron el Camino.

No fui proclamado como el Mesías, o singularizado para favores. Yo tenía que pararme o caerme como cualquier hombre o mujer bajo Mi propia Luz. ¡No lo hubiera querido de ninguna otra manera! Cuando la humanidad y los estudiantes que se esfuerzan por “conseguir una posición” lleguen a entender esto, sus corazones conocerán lo que es la paz.

En el momento en que el alumno está listo, ¡aparece el Maestro! En el momento en que el alumno está listo para más conocimiento, el conocimiento le es dado.

En el momento en que la conciencia está madura, se arranca la fruta. En el momento en que se cultiva la tierra, se siembra la nueva semilla.

Nosotros, que nos vemos tan prolíficos en eso de sembrar Nuestras semillas, lo hacemos porque mucho tiempo después de que haya concluido su ciclo (y que ustedes se encuentren en el ámbito de libertad divina), habrá hombres y mujeres que fundamentarán sus vidas en esta Ley.

Al haber sido Uno de los que ansiosamente adoptó esa frase de “I AM” (Yo soy) la Resurrección y la Vida”, “I AM” (Yo soy) la Resurrección y la Vida”, como ustedes saben se me reveló en la plenitud de Mi misión y había cumplido con el propósito de Mi visita. El círculo de los esperanzados no se dio cuenta que uno de los peregrinos se había ido, me regocijé una y otra vez en la riqueza que había recibido en esa sola frase, ”I AM” (Yo soy) la Resurrección y la Vida”.

Sobre esa frase construí Mi ministerio, el cual se yergue hoy como un ejemplo manifiesto que no es necesariamente la cantidad de conocimiento sino la aplicación del conocimiento dado lo que trae resultados, ¡los mismos como prueba de Maestría y Libertad para la humanidad! ¡No tomen a la ligera estas palabras y esta instrucción! Llévensela a casa, dentro de sus conciencias y dentro de sus corazones. Tejan en forma manifestada alrededor suyo un aura tal que, cuando sus maestros los vean, no pueda decir sino: “Este estudiante está listo para ser depositario de más verdades, de mayores poderes, de un entendimiento más profundo de la Ley”.

                                              Jesús de NAZARETH / Sananda