Cuando
logres vibrar en una frecuencia de onda que te impulse a ascender a la quinta
dimensión, entonces te convertirás en un despertador de conciencias, en un
constructor de la nueva humanidad.
La
luz de la verdad no desea esclavos de las leyes cósmicas, sino amantes de sus
leyes. No busca temerosos seres obedientes, sino valientes buscadores.
Las
leyes cósmicas no son como las leyes humanas, carecen de error, de
arbitrariedad, de subjetivismo, porque su naturaleza es la armonía infinita y
eterna.
La
densidad de este mundo es mayor cuanto mayor es la incomprensión y la
ignorancia humana sobre la luz de la verdad.
La
luz de la verdad es el amor incondicional y solo esta energía, será capaz de
desgarrar la maya de oscuridad intensificada por las bajas vibraciones humanas.
No será alguien o algo ajeno lo que provoque la conversión, sino cada ser desde
la irradiación de su corazón.
La
sabiduría es solo una, pero es individual la percepción de ella, por ello
ninguna ley vacía escrita por hombre es ley cósmica. Sino una percepción
individual que adolece de infinitud. Deja de vivir en la ilusión de la llegada
de un salvador ajeno a ti, así no permites aflorar a tu Mesías interno, el
único salvador.
La Escribana
El Legado
de Hermes Trismegisto
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