¿Porque envidiáis los caminos ajenos?
¿Porque no trabajáis en los propios?
Dejáis abandonado vuestro camino, estando pendientes del
vecino, y no os dais cuenta que el vuestro esta sombrío. Decís que no
entendéis, pero tampoco trabajáis para aclarar y apaciguar las inquietudes o
desventuras que a vosotros, os parece que os aporta el camino…
Si vosotros no abrís vuestro canal de entendimiento, ¡como
queréis comprender nada de lo que se os pone en el camino! Piezas se os dan
para encajarlas en vuestro puzzle, más les dais de lado y os vais a mirar las
del vecino o amigo; desdeñáis las vuestras y sois capaces de encajar todas y
cada una de las piezas que no os pertenecen.
El reloj hace su tic-tac y da la hora de regreso para todos.
Hora de regresar con las lecciones aprendidas...
María Magdalena
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