Después de la fiesta. Viaje de regreso. Jesús perdido. Su busca. Sus padres le hallan en el templo. Vuelve con ellos a Nazaret. Simbolismo de las herramientas del carpintero.
* La gran fiesta de la pascua había terminado y los de Nazaret regresaron a sus hogares.
* Y llegaron a Samaria, y ahí María dijo: ¿Dónde está mi hijo? Nadie había visto al niño.
* Y José le buscó entre los parientes que estaban en camino a Galilea, pero ellos tampoco le habían visto.
* Entonces José y María y un hijo del Zebedeo regresaron y le buscaron por toda Jerusalén, sin encontrarle.
* Y entonces fueron a los patios del templo y preguntaron: ¿Habéis visto en estos patios a Jesús, un niño de cabello claro, rubio, de profundos ojos azules, de doce años de edad?
* Los guardianes contestaron: sí, está discutiendo con los doctores de la ley.
* Y entraron y le encontraron como los guardianes habían indicado.
* Y María dijo: ¿Por qué, Jesús, tratas así a tus padres? Mira que dos días te hemos buscado. Temíamos que te hubiera sucedido algo grave.
* Y Jesús dijo: ¿No sabéis que debo estar en el trabajo de mi Padre?
* Y dando la mano a cada uno de los doctores de la ley, fue en círculo diciéndoles: Confío en que nos veremos otra vez.
* Y se fue con sus padres camino de Nazaret y cuando llegó a su hogar trabajó con José como carpintero.
* Un día, mientras acarreaba las herramientas de su trabajo, dijo: Estas herramientas me recuerdan aquellas que usamos en el taller de la mente donde el pensamiento crea las cosas y construye el carácter.
* Usamos la escuadra para medir todas nuestras líneas, para enderezar los sitios torcidos del camino y para encuadrar nuestra conducta.
* Usamos el compás para trazar círculos alrededor de nuestras pasiones y deseos a fin de mantenerlos dentro de los límites de la rectitud.
* Usamos el hacha para cortar las partes nudosas, inútiles y feas y para dar simetría al carácter.
* Usamos el martillo para empujar hacia adelante la verdad y para martillarla de modo que entre a formar parte de todas las partes.
* Usamos el cepillo para pulir las superficies ásperas y desiguales en la juntura, y los maderos y las tablas que han de construir el templo para la verdad.
* El formón, la cuerda, la plomada y el serrucho, todos tienen su uso en el taller de la mente.
* Y finalmente esta escalera con su trinidad de peldaños: fe, esperanza y amor; En ella ascendemos a la cúpula de la pureza de la vida.
* Y por la escalera de doce peldaños, ascendemos hasta alcanzar el pináculo, objetivo final en cuya construcción usamos la vida: el Templo del Hombre Perfeccionado.
Levi. Dowling
Levi. Dowling
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