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מארי

LA VERDAD NO TIENE FISURAS, ES APLASTANTE Y EVIDENTE, NO SE DESGRANA

La gran mentira cayó por su propio peso y de ella surgieron muchos senderos alternativos que no aceptaban las mentiras aplastantes, pero en esos caminos nuevos y reformadores nacidos de la protesta ante ese poder nefasto, perdura la misma naturaleza de su madre.

Porque los demás caminos que utilizan erróneamente la figura del Cristo, se desgranaron de la mentira y el error y conservaron el ego, la soberbia, la ignorancia de la verdad, la intolerancia, el sectarismo y el fanatismo como estandarte. Usan la verdad como careta para esconder la densidad que los mueve.

La verdad no tiene fisuras, es aplastante y evidente, no se desgrana, no se disgrega, no lucha contra ella misma. Los atributos de la verdad anulan el ego. La verdad, es humilde, es tolerante, no hace divisiones ni se impone, respeta la libertad de conciencia y el fluir natural de las manifestaciones. Es ella misma sin trampas ni engaños.

Entonces recopilaron nuevamente relatos y escritos, y seleccionaron los que eran mas útiles a sus intereses oscuros y descartaron, los que mostraban al Cristo humano, y lo divinizaron y magnificaron sus acciones y negaron su parte humana, para darle la estatura de un dios misterioso, lejano y ajeno. Para que nadie pudiera comprender la verdad de su misión. El mejor lugar para ocultar algo es ponerlo a la vista y deformarlo

Y se ensució la figura de su esposa, se ocultó su descendencia, como si fuese algo denigrante, y se negó que entre sus discípulos también le seguían mujeres, y se tergiversaron el sentido de sus palabras, para poder ejercer dominio, para poder sojuzgar y doblegar. La verdad era lo menos importante, lo importante era el poder.

Y se fundó su iglesia por aquellos que habían sido sus peores enemigos, al no poder vencer las ideas simularon unirse a ellas para desde el interior, poder dinamitar y callar a la verdad y sumieron al mundo nuevamente en la oscuridad.


                                                      La Escribana
                                      El Legado de Hermes Trimegistos

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