busqué al amado de mi alma:
le busqué i no le hallé.
y plazas corrí en busca del amado de mi alma;
Me encontraron los centinelas que guardaban la ciudad:
¿Acaso visteis al que ama mi alma?
En cuanto de ellos me aparté unos pasos hallé al que ama mi alma: le abracé.
¡Ya no voy a soltarle hasta entrarle en la casa de mi madre,
en la cámara donde me engendró!
El cantar de los cantares
Salomón
No hay comentarios:
Publicar un comentario