Yo, la sabiduría, vivo en la discreción
Y estoy en todo pensamiento cuerdo.
El temor del Señor es odio a la maldad:
Detesto la arrogancia y la soberbia
Y el mal camino y las bilingües bocas.
Míos son los consejos y la equidad,
Mía la fuerza y mía la prudencia:
Por mi reinan los reyes
Y los legisladores decretan leyes justas:
Por mi mandan los príncipes y gobiernan los soberanos.
Amo a quines me aman; quien madruga para hallarme, me encuentra;
En mí están las riquezas y la gloria y la opulencia estable y la justicia,
Porque es mejor mi fruto que el oro
Y que las perlas y mis ganancias superiores a la plata escogida;
Ando por sendas de justicia, estoy en medio de senderos de cordura
Para dar rica herencia a quienes me aman y colmar sus tesoros.
Cantar de los Cantares
Salomón
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