La desazón de los corazones humanos, es el conocimiento inconsciente de sus violaciones en este ciclo y en anteriores. La caída del iniciado, que a sabiendas utiliza las herramientas logradas para dañar a otro ser, es estrepitosa. La iniciación es la muerte a una forma de vida y un renacimiento en un escalón superior de conciencia y es en si mismo, un juramento tácito e inviolable al SER interno de respeto y buena utilización de la energía Cósmica magnética y sus vertientes.
El camino hacia la luz de la verdad les fue dado de muchas formas. Aquellos cuyos nombres terrestres son: Akenaton, Zaratustra, Moisés, Buda, Krishna, Jesús, Mahoma y muchos más, aunque menos conocidos, iluminaron el sendero, pero el hombre llenó de obstáculos el camino con sus ideas limitadas y no comprendió nada. Lo transmitió a su descendencia, erróneamente y el resultado fue la confusión y la fragmentación de la única verdad, en medias verdades y medias mentiras.
La moral humana es un débil reflejo distorsionado de la ética cósmica. Y el caos cósmico cíclico no encontrará un oponente válido, con la luz y la fuerza suficiente para vencerle sin presentar batalla. Eso traerá el caos al mundo. Cuanto más pasa el tiempo, el cambio sobrevendrá más abruptamente, cuanto menos tiempo falta, más difícil es la reforma paulatina.
La Escribana
El Legado de Hermes Trimegistos
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