
De aquí que el Libro de los Proverbios figure con justicia entre los libros llamados sapienciales.
En la lejana antigüedad era muy corriente “y muy apreciada” la poesía llamada gnómica o sentenciosa, con la que los sabios se expresaban, y en la condensaban la sabiduría que iba dirigida al pueblo. Las sentencias breves, concisas y hasta enigmáticas, se grababan con facilidad en la mente de todos y lograban hacerse familiares. R.Castelltort
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