"Mi Señor, mi morador de Luz tiene oídos y yo comprendo cada palabra de lo que has dicho. Por consiguiente Mi Señor, con respecto a la palabra sobre la que has dicho:
'Todas las almas de las razas de los hombres que recibirán los misterios de la Luz, irán a la herencia de la Luz antes que todos los regidores que se arrepientan y antes que aquéllos de toda la región de la Derecha y antes que toda la región del Tesoro de la Luz.'
Por este motivo mi Señor, tú nos has dicho en otro tiempo: 'Los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros' es decir, los últimos son todas las razas de los hombres que entrarán en el reino de la Luz más pronto que todos los de la región de las Alturas, que son los "primeros". Por tanto Mi Señor, tú nos has dicho:
'El que tenga oídos para oír, que oiga.' ése es vuestro deseo de saber si comprendimos cada palabra de lo que has dicho. Esto por consiguiente, es la palabra Mi Señor."
'El que tenga oídos para oír, que oiga.' ése es vuestro deseo de saber si comprendimos cada palabra de lo que has dicho. Esto por consiguiente, es la palabra Mi Señor."
Y sucedió cuando María Magdalena finalizó de decir estas palabras que el Salvador se asombró grandemente por las definiciones de las palabras que ella profirió porque se había convertido en espíritu puro completamente y Jesús le contestó nuevamente diciéndole: ésta es la solución de la palabra.
Las regiones más allá de los Auxiliares son indescriptibles. Y después de eso os hablaré también de la gloria del Auxiliar que está arriba del pequeño Auxiliar. Pero no me será posible hablaros de las regiones de los que están arriba de todos los Auxiliares, porque en este mundo no existe quien pueda escribirlos porque no hay igualdad que sea como ellos con la que pueda compararlos, ni grandeza ni Luz. Y no sólo en este mundo sino que ellos también no tienen semejanza con los de las Alturas de Justicia desde su región hacia arriba. Por este motivo no existe forma en este mundo que pueda describirlos debido a la gran gloria de aquéllos de la Altura y su desmesurada grandeza. Así pues, no existe forma de describirlos en este mundo."
Sucedió entonces cuando JESUS concluyó de decir esto a sus discípulos que María Magdalena se adelantó y le dijo:
"Mi Señor, no te disgustes conmigo si te interrogo y cause problemas repetidamente. Así pues Mi Señor, no te enfades conmigo sí te interrogo con exactitud y certeza, porque mis hermanos proclamarán esto entre las razas de los hombres para que puedan oírlo y se arrepientan y sean salvados de los juicios violentos de los malignos regidores e ir a la Altura y heredar el Reino de la Luz; porque Mi Señor, nosotros no somos compasivos sólo con nosotros mismos sino también con todas las razas de los hombres, para que ellos se libren de los regidores violentos de las tinieblas y sean salvados de las manos de los violentos receptores de las tinieblas más profundas."
Aconteció cuando Jesús oyó a María Magdalena decir estas palabras que el Salvador le contestó con gran compasión diciéndole: "Pregunta lo que desees preguntar que yo os lo revelaré con exactitud y certeza y sin ninguna semejanza. Texto libro: María Magdalena esposa de Jesús el cristo
No hay comentarios:
Publicar un comentario