La tarea de las oleadas de
despiertos de cada época es ayudar a los más rezagados a recuperar la
sensibilidad olvidada, el recuerdo de los principios universales, de armonía y
equilibrio.
Quedarse
anclados en paradigmas del pasado, no solo no permite la evolución sino que
provoca involución ante la falta de dinamismo.
Hay
que abrirse a los nuevos horizontes de comprensión, que estas oleadas traen
cíclicamente a la humanidad, para poder subir más peldaños.
Hay
periodos en que los hermanos oscuros toman el mando y la luz de la verdad debe
permanecer quieta, custodiada por sus guardianes.
La
luz de la verdad no quiere que sus manifestaciones sean una maquina inerte que
siga sus dictados, por ello junto con el vehículo material otorga el libre
albedrío.
La
ignorancia y el miedo suscitan terror, fanatismo e idolatría errónea.
Hacer de los despiertos, o
mensajeros de la luz de la verdad, ídolos o dioses, no es más que la limitación
de lo que erróneamente hicieron otros seres del pasado.
La Escribana
El Legado de Hermes Trimegistos