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מארי

HIJOS DE LA LUZ

LA HERMANDAD… Mirad, cuán bueno y agradable es para los Hijos de la Luz, el vivir juntos en la unidad. Porque el Padre Celestial ha  ordenado la Ley para que haya Hermandad y Vida eterna. La Ley fue plantada en el Jardín de la Hermandad para iluminar los corazones de los Hijos de la Luz y para hacerles más directos los siete y siete senderos que conducen al Árbol de la Vida, el cual está en medio del Mar eterno.

La Ley fue plantada en el Jardín de la Hermandad, para que ellos pudiesen reconocer a los espíritus de la verdad y a los espíritus de la falsedad, para que pudiesen reconocer la Verdad que brotó de la fuente de Luz y la falsedad que nació del pozo de las tinieblas.

El gobierno de todos los Hijos de la Verdad, está en las manos de los poderosos ángeles de la Luz, para que ellos puedan andar por los caminos de la Luz. Los Hijos de la Luz son los servidores de la Ley y el Padre Celestial no se olvidará de ellos. El ha borrado sus errores que eran como un denso nubarrón, El ha encendido la Luz de la Verdad dentro de sus corazones. Cantad oh cielos, gritad, oh vosotras que sois las regiones inferiores de la tierra, prorrumpid en cánticos, vosotras montañas, tu, selva y todos los árboles que estáis en ella.

Porque el Padre Celestial ha encendido su llama en los corazones de los Hijos de la Luz y se ha glorificado en ellos.

La Ley Santa del Creador purifica a los seguidores de la Luz, de todo mal pensamiento, de toda palabra maligna y de toda mala acción, así como el viento veloz que es fuerte y rápido limpia la llanura. Que la palabra sagrada sea enseñada al Hijo de la Luz que lo desee, durante la primera vigilia del día y durante la última, durante la primera vigilia de la noche y durante la última, que su mente se expanda en inteligencia y que su espíritu crezca fuerte en la Ley Santa.

A la hora de la madrugada, mirará al sol naciente y saludará con alegría a su Madre Tierra.

A la hora de la madrugada lavará su cuerpo con agua fresca y saludará con regocijo a su Madre Tierra.

A la hora de la madrugada inhalará al aire lleno de fragancia y saludará con alegría a su Madre Tierra.

Y durante el día, trabajará con sus hermanos en el Jardín de la Hermandad.

Y a la hora del crepúsculo se reunirá con sus hermanos y juntos estudiarán las palabras santas de nuestro padre y de los padres de nuestros padres y aún hasta las palabras de nuestro Padre Enoch.

Y cuando las estrellas estén ya en la altura de los cielos, se comunicará con los santos ángeles del Padre Celestial.

Y su voz se levantará con alegría hasta el altísimo diciendo: Adoramos al Creador, al Hacedor de todas las cosas buenas, a la Mente bondadosa, a la inmortalidad de la Ley y al fuego sagrado de la Vida; le ofrecemos a la Ley la Sabiduría de la lengua, el idioma sagrado, las buenas acciones y las palabras dichas correctamente; concédenos Padre Celestial que podamos hacer descender la abundancia hasta el mundo que Tu has creado, concédenos también que podamos desterrar el hambre y la sed del mundo que Tu has creado y que podamos desterrar la vejez y la muerte del mundo que creaste.

OH, clemente y misericordioso Padre Celestial, concédenos que nuestros pensamientos sean de acuerdo con la Ley, que nuestras palabras sean de acuerdo con la Ley y que nuestras acciones estén de acuerdo con la Ley.

Padre Celestial, ¿cuál es la invocación más digna de grandeza y benevolencia?  Hijos de la Luz, es aquella que uno recita cuando está despertando y levantándose del sueño, si a la vez se han tenido buenos pensamientos, se han dicho palabras bondadosas y se han hecho buenas acciones y si se han rechazado los malos pensamientos y se han evitado las malas palabras y las acciones indignas.

El primer paso que dio el espíritu del Hijo de la Luz, lo situó en el paraíso del buen pensamiento, el santo reino de la Sabiduría. El segundo paso que dio el espíritu del Hijo de la Luz lo colocó en el paraíso de la palabra bondadosa, el santo reino del Amor. El tercer paso que dio el espíritu del Hijo de la Luz lo colocó en el paraíso de la buena acción, el santo reino del Poder. El cuarto paso que dio el espíritu del Hijo de la Luz lo colocó en la Luz infinita.

El Padre Celestial conoce los corazones de los Hijos de la Luz, pues la herencia de ellos será eterna; durante los tiempos adversos, ellos no temerán y en los días de hambre, serán saciados, porque la fuente de Vida está con ellos y el Padre Celestial no abandona a sus hijos. Sus espíritus tendrán hálito de Vida por siempre y siempre y sus cuerpos recibirán la Vida eterna.

Bendiciones a los Hijos de la Luz que han echado sus suertes con la Ley y que verdaderamente caminan por todos sus senderos, que la Ley los bendiga con toda clase de bondades y los guarde de todo mal e ilumine sus corazones con el conocimiento profundo de las cosas de la vida y los favorezca con el conocimiento de las cosas eternas. Extracto del libro los Rollos del Mar Muerto

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