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מארי

¡LA LEY MORAL ES INALTERABLE!

La Suprema Autoridad es el Orden Supremo de CARÁCTER MORAL. Cuanto más el espíritu se moraliza, o se organiza en términos de VERDAD, AMOR y VIRTUD, tanto más se cura y se diviniza. En la encarnación será un fuerte y en la desencarnación será un iluminado. Y, creciendo en ese sentido, alcanzará el Grado Crístico más rápidamente.

El remedio perfecto es la MORALIZACIÓN PERFECTA, es la DIVINA SINTONÍA CON EL PRINCIPIO CREADOR, al cual llamamos Dios. Cuando los equivocados y enfermos desencarnan, tendrán que ser tratados del mejor modo posible, preparados para nuevas encarnaciones, porque les cumple, y a más nadie, los rescates o resarcimientos.

Y como las densimetrías en las coronas, las manchas en los chakras y las lesiones en el periespíritu, fatalmente influirán dañosamente sobre el cuerpo físico, fácil es reconocer que los médicos del Espacio ni todo podrán hacer. ¡LA LEY MORAL ES INALTERABLE!”

“Y que nadie use Los Dones de Dios y el  trabajo de los Ángeles o Espíritus mensajeros de Dios, para tratar de liviandades o dificultar tiempo, porque de ahí derivan mistificaciones altamente penosas, como tanto ha habido”.

“En sus Oraciones, principalmente públicas, pidan Bendiciones Divinas para los trabajadores encarnados y desencarnados, y agradecimientos a Dios, por los Divinos Dones que distribuye”.

“El Divino Árbol Iniciático, que tuvo germinación histórica en los remotos milenios Búdico-Védicos, pasando por los Hermes, Zoroastros, Patriarcas, Krishna, Moisés, los Profetas Hebreos, Orfeo, Pitágoras, el Cristo Modelo y sus Apóstoles, en términos de Restauración e Incrementos Doctrinarios vienen a fructificar en el Espiritismo Universal y Eterno. Porque fundamentado en la VERDAD, en el AMOR y en la VIRTUD, que están encima de conceptos humanos, debe transformarlos para mejor, hasta la Unión Divina o Cristificación de cada Hijo de Dios”.

“Así como no fue por religiosismos o sectarismos cualesquiera que los ángeles, espíritus o almas, condujeron los pasos de los Grandes Reveladores de la Antigüedad; así como ángeles, espíritus o almas, llamados Gabriel, Moisés, Elías y otros, en términos  de legiones, brillaron en la vida de Juan Bautista, del Cristo Inconfundible, de los Apóstoles y demás seguidores de Cristo, así también conducirán los pasos y resplandecerán en la vida de todos aquellos que se quisieran tornar servidores del Cielo. Porque el Señor Dios es Eterno, Perfecto e Inmutable, siempre pronto a distribuir sus Gracias a los que se hicieran  dignos de ellas, por las obras practicadas”. Texto: El Evangelio Eterno        

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