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מארי

LA DOCTRINA DE LA LEY UNIVERSAL

Lecciones de Matheno. La doctrina de la Ley universal. El poder del hombre para elegir y para adquirir. Los beneficios de los antagonismos. Antiguos libros sagrados El lugar de Juan y de Jesús en la historia del mundo.

Matheno y su pupilo Juan estaban hablando de los libros sagrados de los tiempos antiguos y de los preceptos de oro que ellos contenían, cuando Juan exclamó:

Estos preceptos de oro son sublimes. ¿Por qué necesitamos tener oros libros sagrados? 

Matheno le contestó: Los Espíritus del Uno Santo hacen que todas las cosas vayan y vengan a su debido tiempo.

El sol tiene su tiempo para ocultarse, la luna para levantarse, para crecer y para menguar, las estrellas para ir y venir, la lluvia para caer, los vientos para soplar.

La semilla tiene su tiempo y la cosecha el suyo; el hombre nace y muere.

Estos Espíritus poderosos producen el nacimiento de las naciones; las amamantan hacia el poder más grande y cuando su tarea ha terminado las amortajan y las colocan en sus tumbas. Los acontecimientos de la vida de una nación son muy varios, lo mismo que en la vida de los hombres y temporalmente no siempre son placenteros; pero en el final la verdad aparece, lo que ocurre es lo mejor.

El hombre fue creado para una misión noble, pero no puede hacérsele hombre libre, lleno de sabiduría, verdad y poder. Si fuera presionado, confinado a estrechuras por las que no pueda pasar, sería un juguete, una mera maquina.

Los espíritus creadores dieron al hombre voluntad, y por ella tiene el poder de elección. Puede conquistar las más grandes alturas o hundirse en los abismos más profundos porque lo que él decida adquirir, tiene el poder de alcanzarlo. Si desea fortaleza tiene en sí poder para adquirir fortaleza; pero tiene que vencer resistencias para conquistar su ideal: ninguna fortaleza se adquiere jamás en el ocio y el abandono.

De allí que, en el torbellino de los conflictos múltiples, el hombre está colocado donde pueda hacer el esfuerzo de desenredarse. En cada conflicto el hombre adquiere fortaleza; con cada conquista es capaz de ascender a alturas mayores; cada día le trae nuevos deberes y nuevas atenciones. El hombre ni es llevado sobre abismos peligrosos, ni es ayudado para vencer a sus enemigos. El es su propio ejército, y su espada y su escudo; él es el capitán de sus propias huestes. Los Unos Santos no hacen sino alumbrarle el camino.

El hombre nunca ha quedado sin un faro de luz que le guíe. Siempre ha tenido una lámpara encendida en su mano, para que pueda ver las cosas peligrosas, los torrentes turbios y los abismos traidores. Y así han conceptuado los Unos Santos. Cuando los hombres necesitan mayor luz, un alma maestra viene a la tierra para darles esa luz.

Antes de los días de los Vedas el mundo tuvo muchos libros sagrados para alumbrar la vía; y cuando el hombre necesitó una luz mayor aparecieron los Vedas, el Avesta y los libros del Gran Tao para mostrarle la vía hacia más grandes alturas. En el lugar debido apareció la Biblia Hebrea, con su Ley, sus Profetas y sus Salmos para iluminar al hombre.

Mas los años han pasado y el hombre necesita una luz más grande. Y ahora la Estrella del Día en la altura comienza a brillar; y Jesús es el mensajero encarnado que debe mostrar esa luz a los hombres.Y tú, mi pupilo, has sido elegido para presagiar el día que se acerca. Pero para eso tienes que guardar la pureza del corazón que ahora posees y tienes que encender tu lámpara directamente en los carbones que se queman en el altar de los Unos Santos. Entonces tu lámpara se transmutará en llama sin fronteras, y serás una antorcha viva cuya luz brillará donde quiera que viva el hombre. Pero en las edades futuras, el hombre escalará mayores alturas, y luces todavía más intensas vendrán.

Y entonces, por fin, un alma maestra poderosa vendrá a la tierra a iluminar la vía hacia el trono del hombre perfecto.

                                                   Levi Dowling     

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